(Nogolí, 25-12-09) Editorial
Ayer, 24 de diciembre, un hermoso artículo a todo color sobre las bondades de Nogolí, se publicó en el Diario de La Republica. Quiero destacar un par de párrafos que me parecieron importantes para reflexionar: "Nogoli, como muchas otras localidades del interior provincial, conjuga la prórroga al progreso con casas de adobe, chacras y animales de campo en los patios con la ventaja de las calles asfaltadas y el wi-fi gratuito en cada rincon del pueblo." (...) "A grandes rasgos esto es Nogoli, un lugar que tiene todo por descubrir y hacer" (...) Fuente: http://www.eldiariodelarepublica.com/index.php?option=com_content&task=view&id=26259&Itemid=9
Parece ser que Nogolí, además de los paisajes imponentes, el agua mineral, el río Molle tan cálido y su espejo de agua rebozando a borbotones por el vertedero, tiene como atractivo turístico ese contrastante abismo entre el "empuje progresista" del gobierno provincial vs. la negación absoluta de los pobladores nativos a los beneficios de la vida de las comunidades del siglo en el que estamos.
Tal como se puede ver en el film Rancho Aparte, rodado en nuestra localidad y que trata -casualmente- el problema de las diferencias culturales, en la nota de ayer, El Diario también deja clara esa imagen que todos tenemos sobre la forma de vida de un pueblo que parece resistirse a la civilizacion.
Tal vez, a los pocos foraneos que pretendiamos ser parte pujante del cambio ofrecido por el Gobernador en todo el territorio provincial, con el paso de los años, la desilusión se nos impuso y las esperanzas nos quedaron postergadas.
Pero quiza, esta barbarie encarnecida en rústicas formas de vida, debieran ser tomadas como un cambio de paradígama y ver lo positivo en lo negativo. Después de todo, las cosas son según el color de cristal con que se mira; y nada es tan malo ni tan bueno, sólo es lo que cada cosa representa para cada uno de nosotros. Todo es relativo afirman algunas filosofías.
De esta manera, Nogolí bien podria ser cuna del turismo socio-cultural, mostrado como parte de las raices de nuestro país, emblema de nuestra identidad como argentinos. Ya que según afirman algunos historiadores, los argentinos descendemos de los barcos, pero también de las tolderias. Y a más de 200 años de historia estas culturas opuestas no se fusionaron, por eso son, fuero y serán motivo de estudios como fenomeno social y despiertan los más cruentos enfrentamiento cuando la una se quiere imponer a la otra.
