Durante su discurso, el titular de Educación precisó que: “No se trata sólo de saber leer y escribir y formular cálculos, sino también de poder usar las herramientas digitales y tecnológicas y poder expresar de manera coherente un concepto y su propio pensamiento”.
Además remarcó, “cada hogar debe transformarse en un centro alfabetizador”, aquí se refirió a que se debe incluir a 844 niños de 10 a 18 años (13%) en todas las escuelas de la provincia, y a 5.668 mayores de 19 años (87%) en las escuelas públicas digitales, escuelas comunes, clubes, ong´s, entre otros.
Sosa hizo un recorrido por los anteriores planes que abordaron esta problemática en la provincia de San Luis y al respecto indicó: “En San Luis se ha trabajado mucho en alfabetización, y de allí nuestra gratitud a quienes nos han precedido en este camino, y que posibilitaron por diversos planes, donde destacamos el Plan Bandera Blanca, el descenso paulatino y continuo del analfabetismo, pues en 1991 era de 4,3%; en 2001 de 2,9; y en 2010, de 1,8%, de los cuales el 56% son varones y el 44% mujeres.
“Nuestro concepto de alfabetización es superador de los existentes, pues le sumamos las ventajas comparativas de un Estado con una agenda digital abierta a las necesidades de sus habitantes y ciudadanos”.
El Dr. Marcelo Sosa destacó y explicó el porqué del nombre del mencionado Plan. “Este Plan lleva el nombre de J.C. Lafinur, el precursor del libre pensamiento, de la autonomía de la enseñanza académica, y también es un homenaje, por carácter transitivo, al Gral. Dr. Manuel Belgrano, precursor de la educación pública argentina”.
Luego de agradecer a los diferentes actores de esta programación estratégica, como el Ministerio de Salud, sus agentes sanitarios, la ULP, los elaboradores, que trabajan en conjunto al Ministerio de Educación y alfabetizadores, hombres y mujeres de buena voluntad que aportaron su granito de arena para que esto se lleve a cabo expresó: “Esa planificación sólo podrá ser coronada con el éxito, si existe un trabajo generoso de equipos, estatales y no estatales, públicos y privados, docentes en actividad, retirados, y en formación, pues debemos conservar y aumentar cada día, cada mañana, el entusiasmo por enseñar, aunque mas no sea, a una persona, a escribir y leer la palabra “dignidad”.