Tras la torrencial lluvia registrada el martes a media mañana, padres de algunos menores que formaban parte del contingente que acampaba un poco más arriba del hotel de montaña Paso del Cóndor, alertaron a las autoridades de la situación reinante por los riesgos que supone estar en esa zona, sin resguardo alguno y bajo extremas condiciones climáticas.
Un parte policial emitido por la Sub Comisaría 4ta de Nogolí indica que fue el papá de un niño de la localidad de Villa de la Quebrada quien advierte a Stella Maris Lobos, Intendente Comisionado de dicha localidad, de la preocupación sobre la situación de los aproximadamente 70 integrantes del contingente de campamentistas (en su mayoría niños entre 6 y 10 años)
La policía de Nogolí, luego de recibir el alerta, se dirigió hacia el interior de las sierras; pero por el gran caudal de agua que traía el rió no pudieron cruzar y solicitaron ayuda a la municipalidad de Nogolí. En breve también se hicieron presentes en el cruce del río, la Comisionado de la localidad religiosa acompañada por padres que querían retirar a sus hijos del campamento; bomberos de la Ciudad de La Punta, el Ppal Torino y personal policial de Villa de la Quebrada, un móvil de Villa Gral Roca y del Comando Radioeléctrico.
Al ver que la lluvia continuaba y que la crecida no cedía, se decidió cruzar el arrollo a pie ayudados con sogas y acompañados por dos baqueanos, hasta llegar al campamento.
Tras cruzar tres veces el río se logra dar con el grupo que estaba a cargo del Padre Eduardo Larroude del seminario de El Volcal y de la hemana Mercedes Castillos de la ciudad de San Luis; quienes explican a las autoridades presentes que se encuentran en perfecto estado y que no notaban motivos para abandonar el lugar. Sin embargo -según explica el parte policial- la intervención de la edil de La villa fue decisiva para convencer a los religiosos de descender con todo el grupo hacia el pueblo, por mayor seguridad, dado que en horas de la mañana, San Luis solidario comunicó que en la localidad de La Carolina había caído gran cantidad de agua, posible causal de un mayor crecimiento de los ríos.
Un cordón humano y pasamanos sirvió para que todos los pequeños pudieran retirarse de la zona de peligro y llevarlos luego hasta la parroquia de Nogolí. Más tarde, dos camionetas volvieron para retirar todo el equipo de campamento.
