A simple vista, pareciera que los Concejales opositores tuvieran las manos atadas sobre la situación que se vive cada miércoles en el Recinto de Villa Gral Roca con la delicada situación administrativa que cuestiona a Carlos Garcia (h)
Según información de primera mano que llegó a la redacción de NotiNogo, en la primer sesión del 2013, la cual presenció el padre del Intendente, el Diputado Juan Carlos Garcia, se trató el presupuesto anual 2013 que fue rechazado, pero con la salvedad de una observación se aprobaron los aumentos a los empleados. Y en la segunda, de la cual participó el vecino Armando Suarez, se trataron temas como asfalto, pedido de informe sobre la situación del agua y el inicio de la construcción de las casas adjudicadas; por último los concejales opositores (Muñoz y Aguero) pidieron lugar para tratar la denuncia que hiciera formalmente la CPN Mónica Pizzolo de Martín el año pasado, pero la Presidente del Concejo, Rosa Junquera, no dio lugar a la moción sosteniendo su postura de minimizar la situación planteada y rotulando el tema de un problema personal entre la contadora rebelde y el Intendente.
Un dejo de resignación parece apoderarse de los habitantes del lugar, incluso de quienes tienen mayores posibilidades de hacer algo al respecto. Todos quienes tuvieron la buena voluntad de esclarecer los hechos se toparon con una pared. Como si un conjuro "burrocrático" se apoderara de cuanto tramite u acción realizada para echar luz sobre el tema.
A esta altura no hace falta ser un experto analista político para darse cuenta que algunos representantes del pueblo patean constantemente la pelota al corner para desgastar y perder tiempo. Tampoco actúa la Justicia Puntana siendo que existen desde el año pasado infinidad de denuncias públicas en distintos medio provinciales y, ergo, un Fiscal o un Juez deberí actuar de oficio e investigar a fondo; pero tampoco han acudido a la Justicia Penal los concejales opositores.
Enojo y desilusión son palabras que -con frecuencia- retumban por ahí, y que tratan de ilustrar el sentimiento de algunos miembros de la cumunidad de la localidad cabecera del departamento Belgrano. Con las manos atadas y la boca amordazada, el pueblo que por décadas gobernaron los Garcia tendrá que decidir en octubre de este año si prefieren continuar así, o si se animan a renovar autoridades con la esperanza puesta en una gestión distinta, más justa y trasparente.
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