(Nogolí, 1-11-10)
En la nota Escuela secundaria para Inclusión Social apareció un par de comentarios anónimos, pero firmada con el seudónimo de Pancho Magno y da su explicación del por qué de ese apelativo.
Don Pancho, como lo vamos a llamar amistosamente, se ofrece para dar algunas soluciones a los cuestionamientos que se hacen los habitantes de Nogolí al enfrentarse a determinadas circunstancias que no pueden resolver por sí mimos.
En correo privado –Don Pancho- nos explica que su principal fuerte es en el rubro de la construcción, ya que al venirse a vivir desde San Luis a Nogolí, debió enfrentarse con una gran cantidad de dificultades, para poder construir su primera vivienda.
Así que no le quedó otra que acudir a especialistas, libros, Internet y recuerdos de su infancia cuando veía trabajar en la obra a sus seres allegados.
Ahora él, con sus años de experiencia, apuesta a dar una mano a sus vecinos, para evitar los desordenes en la construcción –como él bien los llama- que son de comprensión sencilla y con esto se evitaría el costo de hacer y deshacer y –sobre todo- los que traerán más gastos a corto o largo plazo en la reparación de ellos. Mantenimiento innecesario en el futuro en detalles que pueden evitarse con sólo tener una visión más allá de la mirada habitual ya que debemos pensar que, bajo ese mismo techo vamos a estar albergando también a nuestra familia que se merece estar en una casa segura, confortable y protegida de los riesgos climáticos y atmosféricos.
Nueva sección:
Con la colaboración de Don Pancho El Puntano, estrenamos nueva sección. El arte del buen construir no es para cualquiera… por esto, Don Pancho, poco a poco, nos irá ofreciedo sus conocimientos en la materia, y como -tambien él bien nos dice- “no seré Gardel, pero canto como Lepera…”. Es decir, que Don Pancho lleva en el alma el cucharín y en sus manos los libros de los que saben.
Hacer clic aquí para leer la nota completa desde el suplemento en el siguiente enlace:
El arte del buen construir