En la mañana de este jueves, una docente del establecimiento educativo Nª 25, Justo José de Urquiza, de la localidad de Nogolí, radicó una denuncia en la que explicaba que una de sus alumnas podría ser víctima de violencia por parte de su padrastro.
Según la docente, la niña le manifestó que tenía una lastimadura en la cabeza y que le dolía mucho. La regente llamó a la madre, fueron trasladadas a la Comisaría y luego al Hospital de la Ciudad de la Punta, en donde fue atendida, junto a sus dos hermanas menores.
Al volver a Nogolí, Yésica, madre de las niñas, fue notificada de la exclusión de hogar que pesa sobre su pareja, y sobre la decisión del Juzgado de Familia y Menores Nº 1, de presentarse a las 9 de la mañana de hoy (viernes) para esclarecer la situación.
Inevitablemente, y tal vez por la mediatización del caso Florencia y la conmoción que produjo en la sociedad, tanto efectivos policiales como judiciales hablaban -por lo bajo- de otro caso de violencia infantil mientras las niñas eran revisadas por el médico pediatra del poder judicial, y su madre esperaba por ellas en el pasillo.
Yésica recibió el acompañamiento de mujeres de organizaciones feministas, y es allí donde pudo contar su vida de padecimientos.
Desde niña fue abusada, creció casi sin familia, y en su adolescencia formó pareja con un hombre 42 años mayor que ella. Fruto de esta relación nacieron dos niñas. Los recuerdos de su pasado los evocó con notorio dolor: " Vivíamos en Paso Grande y mi marido me aporreaba siempre. A veces salía con un rifle a tirarnos, y yo corría a campo abierto para pasar la noche a la intemperie, cobijando a mis hijas con la poca ropa que llevaba puesta".
Finalmente, Yésica pudo salir de esta relación, y al tiempo conoció a su actual pareja, con quien tiene otra hija, y se mudan a Nogolí: "El es un hombre muy bueno, pero desde el 2014 que las maestras me hacen denuncias diciendo que maltratamos a las niñas", comentó.
Según aseguró la Defensora de menores, Dra. Rina Mercau, las niñas no presentan signos de abuso, pero igualmente, la Jueza definió resguardarlas en el Plan de Familias Solidarias, con la intención de trabajar psicológicamente con la madre para mejorar sus oportunidades y procurar que pueda cuidar a las niñas en la higiene y la salud.
Yésica, con su alma desgarrada, fue trasladada nuevamente a Nogolí, pero este lunes podrá ver a sus hijas y compartir momentos con ellas.
Las niñas serán monitoreadas, asistidas psicológicamente y nuevamente evaluadas por la justicia para determinar si pueden o no, regresar al cuidado de su mama.
