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Lo que el fuego no se llevó: Bronca, miedo y condicionamientos a la libertad de expresión

(NotiNogo, 28-8-16) Los incendios en las sierras centrales dejaron un sabor amargo a la sociedad que observó estupefacta, indefensa e impotente como las llamas -durante diez días- devoraron miles de hectáreas de bosques nativos y muchos bienes materiales. Desde el Gobierno intentaron tapar el sol con un dedo, pero la mentira tiene patas cortas. La falta de un plan de contingencia contra los incendios que suceden cada año en la Provincia indignó al pueblo.
La crónica ya la conocemos, todo empezó con un fueguito que alguien habría encendido en Potrero de los Funes y que se expandió día tras día hacia un lado y otro de las serranías. Hoy los aviones sobrevolaron la zona del incendio para apagar los focos que quedaron en la altura.

Sin embargo, somos muchos los que pensamos que ésto podría haberse resuelto antes. La pregunta recurrente fue por qué no pasaron los aviones cuando el fuego era pequeño; pero la respuesta oficial no conformó a la opinión pública. 

Por otro lado, según fuentes de distintos cuarteles de bomberos voluntarios de San Luis y de provincias vecinas, muchas dotaciones ofrecieron colaboración y estuvieron listos para partir hacia la zona más complicada por el fuego: Suyuque, Los Molles, Los Canales y Las Marianas. Sin embargo, las autoridades del Ministerio de Seguridad descartaron esa ayuda diciendo en todo momento que tenía la situación bajo control. 

Lejos de eso, los relatos de los vecinos y las imágenes mostraron todo lo contrario. 


El cansancio, la incertidumbre, la soledad y la angustia que sintieron los lugareños se viralizó en las redes sociales y también fue cuestionada por el Gobierno, al punto tal de asegurar que algunos mensajes de voz que circularon entre los usuarios de whatsapp el viernes por la tarde y noche cuando el fuego rodeaba algunas viviendas, eran falsos. NotiNogo pudo chequear la autenticidad de dos de esos audios que pertenecían a mujeres que pedían ayuda con la desesperación propia y auténtica de ver sus propiedades cercada por las llamas.

Así empezó una campaña contra la opinión pública, los medios de prensa y contra los propios afectados por los incendios, que la agencia de noticias del Gobierno denominó "Operación y desinformación", y que terminó enardeciendo a los ya enojados lugareños. 

Para terminar de coartar la libertad de expresión anunciaron que "Iniciarán acciones para quienes difundieron audios e imágenes falsas por las redes sociales." Si bien es cierto que circularon algunas fotos (ilustrativas) de incendios que no pertenecían a los actuales focos ígneos, fue innegable que las actuales imágenes produjeron el mismo impacto visual que aquellas. Sobre los audios, lo triste -más allá de que quisieron ocultarlos- ilustraron el panorama en el lugar y el momento de los hechos, aunque las autoras de los mensajes de voz, víctimas del incendio forestal, pasaron por victimarias acusándolas a ellas, y a quienes compartieron sus audios, como los abanderados de generar pánico en la población y no como en realidad se transmitió el mensaje: gente angustiada pidiendo ayuda, estado normal para cualquier ser humano que vive una experiencia de ese naturaleza.

Por supuesto, la campaña del miedo siempre dio frutos. Hay gente atemorizada que prefiere callar, a costa de ejercer plenamente sus derechos de libertad de expresión ante problemas comunes que se suscitan en los pueblos y que deben ser visualizados con el objetivo de analizarlos y corregirlos para que, en definitiva, se persiga mejorar las políticas públicas que nos den a los ciudadanos la posibilidad de vivir cada día un poco mejor.


Silvana Sola


Imágenes de como quedó el complejo habitacional Sierras Marianas después del incendio de anoche.






 





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