A principios de semana, y luego reiteradas denuncias policiales y públicas provenientes de distintos habitantes de la localidad que daban cuenta de hechos que se repetían en diferentes zonas y con distintos animales que deambulaban por la vía pública, una vecina que vive en una pequeña chacra al oeste de la zona urbana, publicó en su muro de Facebook que dos toros (distintos a los que se pasean a diario por Ruta 3 (San Martín) y 9 de Julio) entraron en su propiedad rompiendo alambrados, puertas y huerta.
La mujer, ya desilusionada por no saber a quien recurrir, publicó en su muro el siguiente texto: "Hoy por 4ta vez realicé la denuncia de dos toros sueltos, uno de ellos agresivo, en la comisaría 4ta. Quiero que quede constancia para que, si ese animal hiere a alguien, el personal policial no pueda argumentar que no lo sabía. Gracias a sus "visitas nocturnas" tengo que reemplazar 7 postes, varios alambrados, una cerca de troncos y además no han dejado nada en mi huerta, No solamente se han comido el maíz, las sandías, los melones y las arvejas, también se comieron las frutillas. ¿Alguna sugerencia? ¿ A quién recurrir?"
Entre los casi 30 comentarios, sus amigos sugirieron distintos métodos recomendando desde matar a balazos a los toros hasta interiorizarse de las leyes existentes y de los funcionarios responsables a quien dirigir la queja y exigirles el cumplimiento del deber. La vecina realizó una denuncia en forma personal en la Comisaría de Nogolí y, finalmente anoche (23:54) la vecina posteó que habría llegado la solución: " Hoy el personal de la Comisaría 4ta. ubicó a los propietarios de los toros, se entrevistaron con ellos, arreglaron para que mañana venga la Caminera a buscarlos y vinieron a mi casa a las 22.30 a sacarlos de mi huerta."
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