
Estas últimas semanas, hemos sido invadidos con las noticias provenientes de Buenos Aires, por las tomas ilegales realizada en parques públicos y predios privados por personas que reclaman un lugar donde vivir. La necesidad de vivivienda es -sin dudas- una problemática en todas las provincias, incluso en San luis.
Pero más allá del problema puntual, otros hechos secundarios que tomaron protagonismo, se suscitaron con relación a todo lo ocurrido en estos días. Los desafortunados dichos del Jefe de Gobierno porteño tildado de xenófobo fue uno de ellos (por los ocupas provenientes de los países limítrofes). Los opositores políticos aprovecharon para pegarle duro. Aunque el planteo de Macri -en principio parecía razonable- las cifras, la realidad y la historia son muy distintas a la postura planteada y contradice sus teorías.
"La población es una de las fuentes clave en el crecimiento económico. Esto demuestra que la inmigración ha resultado benéfica para los argentinos nativos", dijo Horacio Verbitsky en Página 12. El artículo completo se puede leer en este enlace: El Desafío, publicado por San Luis 24.
Y por casa... ¿cómo andamos?
La xenofobia y el racismo no son prácticas exclusivas de algunos sectores de la burguesía y la aristocracia argentina. Acá en Nogolí y en todo San Luis, muchos nativos de clases sociales bajas inclusive, actúan de igual manera despreciando a quienes venimos de otras provincias. A pesar de ser argentinos, bien podríamos sentirnos como los hermanos bolivianos o los paraguayos ante el padecimiento de ser "de afuera".
Lo más patético de la situación es que quienes son impunes para demostrar la fobia a los de "a fuera", son ni más ni menos los que debieran corregir la desigualdad que se manifiesta a todo nivel.
Mauricio Macri opinó contrariamente sobre algo que está regulado en ley, ya que nuestra Constitución Nacional invita por igual -generosamente- a los extranjeros a gozar de todos los derechos civiles del ciudadano.
De igual manera que este gobernante porteño, nuestro intendente -Sergio Amieva- dá acabadas y constantes muestras de discriminar a "los de afuera". No nos dá las mismas oportunidades que a los nativos y restringe arbitrariamente muchos de los derechos que nos corresponden por ley. Todo en virtud de favorecer los intereses culturales, sociales y políticos -aunque sean ilegítimos- de los nacidos en este pueblo.