(Nogolí, 4-6-12) Editorial. Análisis sobre la crisis del billete verde y sus aristas
Sin duda, este fin de semana los medios periodísticos bombardearon con la problemática económica nacional y con las declaraciones de los funcionarios papeloneros K que se atrevieron a todo.
La bronca cacerolera comenzó a sentirse en los últimos días y rápidamente surgió una nueva convocatoria -a través de las redes sociales- para un banderazo, bocinazo y cacerolazo en la Plaza de Mayo y en todas las plazas del país a realizarse el próximo jueves 7 de junio a las 20 hs.
Dichos y desdichos.
Entre los cacerolazos espontaneos donde la gente se manifestó por el cepo a la compra de dolares, entre otras muchas otras broncas que juntan los anti K, sumado a las polémicas declaraciones de Anibal Fernandez que dijo por Radio Continental: "Tengo dólares porque se me antoja; hago lo que quiero con mi plata", más el por demás extraño acuerdo (para muchos ilegal) que Moreno hizo el viernes con las casas de cambio para que hoy lunes abran con un dolar a $5,10; muy lejos del dolar oficial que en los bancos estará a $4,50; todos quedamos desconcertados, azorados y, porque no, preocupados.
Los rumores de pesificación, luego desmentidos, hizo que la corrida por el dolar negro se haga sentir. La desesperación de Moreno es bajar el precio del dolar paralelo y -para ello- no tuvo la mejor idea de finiquitar este extraño arreglo con las entidades cambiarias que da para que maquinen las cabezas de los "mal pensados".... ¿En que quedamos Moreno?, ¿el precio es oficial o no, uno más caro que el otro, en que se diferencian?.
Al parecer, oficialmente tendríamos dos dolares, el oficial-oficial (que no se puede comprar porque la AFIP no lo permite) y el oficial-paralelo (el de las casas de cambio); además del paralelo-negro (al que los ahorristas seguirán acudiendo porque no tienen que rendirle cuentas a nadie)
Los odios antagónicos
Si seguimos sumando curiosidades a estos días de furia, en las redes sociales este tema y el de los cacerolazo del jueves pasado, dieron motivo a discusiones de todo tipo donde predominaron los bandos bien marcados: los K contra los anti K.
Bien a nuestra usanza nacional, las dicotomías extremistas (boca-river, peronistas-radicales, unitarios-federales, Izquierda-derecha, Facundo-Rivadavia, etc.) que nos tienen atados al pasado siguen siendo fuente de inspiración para juntarnos como en polémica del bar y sacar los trapitos al sol y peleándonos sin darnos la posibilidad de razonar con los pies en la tierra.
Se dijo muchas veces, la guerra del pueblo contra el pueblo que el mismo Estado promueve.
Ahora los K se enojan con la clase media. Dicen que son fachos, gorilas o chetos y los critican por salir a patalear y romper cacerolas cuando les tocan el bolsillo o sus intereses, como si eso reclamos fueran menos genuinos que el de los piqueteros quemando gomas y pidiendo más planes sociales...
Sobre este tema hay mucha tela para cortar. Lo cierto es que la economía argentina está retrocediendo y la crisis que se veía venir ya se huele de cerca. Esta semana se juntaran varios problemas para el Gobierno nacional; el control del dolar, el paro del campo y las protestas de la clase media, entre otros tantos temas.