(Nogolí, 6-12-11) Ayer por la mañana, tras hacerse pública la aparición masiva de vinchucas, a Nogolí llegó (más rápido que un bombero y enviados desde las altas esferas) la brigada chinchera desde la capital puntana.
La visita la hicieron primeramente en el emprendimiento turístico SilJuHuasi de Beatriz Zunino, una de los varios vecinos que manifestaron encontrarse con estos insectos en los últimos días.
El Sr. Gallardo acompañado de dos mujeres que trabajan en la brigada local, desinfectaron el predio de la Sra. Zunino quien, como lo hiciera tantas otras veces, firmó el acta bajo protesto porque considera que a la Ley de Chagas la cumplen a medias.
La gente no entiende
El Sr. Gallardo le explicó a la familia Zunino que ellos sólo hacen su trabajo: evaluar si hay vinchucas y fumigar. Zunino y su hija le explicaron con claridad a la gente encargada de realizar la tarea que en reiteradas oportunidades, distintos funcionarios del Programa de Chagas intentaron convencerlas de que las vinchucas no eran vinchucas sino chinches silvestres, que la culpa no es de los corrales sino de las palomas, que la ley debe hacerla cumplir el intendente, que el veneno tiene efecto residual, etc. Luego de una clase magistral acerca de la legislación vigente, de las enfermedades transmitidas por vectores, así como también una clase de biología, salud y medio ambiente, al Sr. Gallardo no le quedó más remedio que darles la razón y deponer la actitud con la que intentaba convencerlas poniendo paño frió a la situación.
Gallardo explicó que ellos les dicen a la gente que aleje el corral o el gallinero de los dormitorios y dijo que mínimo debe estar a 30 a 40 mts. de una casa, pero que a pesar de las recomendaciones la gente no entiende. Gallardo también reconoció ciertas faltas en la aplicación de la ley.
Otro reproche de las damnificadas refirió a la falta de fumigación masiva. Es decir, fumigan las casas sólo de quienes se lo solicitan, pero en rigor de verdad, la mayoría de los habitantes no llama al programa de chagas si se encuentran con vectores. No se puede esperar que quienes están acostumbrados a convivir con este bichito tenga el deber ciudadano de hacer lo que hay que hacer, porque ya lo vemos a este vecino, por ejemplo, no le interesa su salud, ni la de su familia y mucho menos la nuestra, sino haría caso a las recomendaciones sobre saneamiento ambiental -dice la hija de Zunino señalando el gallinero que el vecino tiene pegado a su casa-
Según datos científicos, con la fumigación las chinches gauchas suelen salir de sus nidos o escondites. De ahí se mudan a otra casa y ahí se quedan si no hay olorcito a veneno y si las características ambientales son malas, anidan. Por eso recomiendan alejar los corrales de las casas, porque al limpiar y desinfectar -por ejemplo los gallineros- los bichitos corren a un nuevo refugio, la casa del hombre si esta cerca.
En este sentido los empleados de gobierno insistieron en que ellos fumigaron todas las viviendas del pueblo. ¡Pero que casualidad!, a la casa de la Sra Zunino llegan siempre el día después que ella hace pública la aparición de vinchucas en los medios masivos de comunicación. Para ello basta ver las fechas coincidentes de las actas con los archivos de las notas periodísticas. Año tras años la misma historia.