Un tanque cisterna arrastrado por un tractor, que es utilizado para trabajos en la obra de la Autopista, quedó literalmente enterrado en el asfalto, más precisamente sobre un parche de repavimentación que realizó la empresa que construye la obra de cloacas en la localidad. En ese lugar había una perdida de agua, probablemente proveniente del caño madre de agua potable, que comenzó a verter en la madrugada de ayer, y que hasta el cierre de esta edición no fue reparado por el municipio. Un gran surco de agua recorre varias calles hacia el oeste de la localidad.
Según el cartel de obra, el inspector de la misma es el Ing. Gilberto Amaya y el responsable técnico, el Ing. Diego Rosas. El monto destinado asciende a casi 12 millones de pesos.
La empresa ha sido cuestionada por los vecinos en varias ocasiones. Una queja recurrente fue la rotura permanente y sistemática de las cañerías de agua, la mugre acumulada a los costados de las calles y la falta de señalización adecuada de los zanjeos. A raíz de esto último, en febrero una vecina cayó a una zanja y se fracturó las dos muñecas (ver archivo).
